El amor y la pasión van de la mano, o por lo menos así es como sentimos que debería ser. Sufrimos muchas veces en silencio cuando la persona en quien hemos depositado nuestros sentimientos no responde en la intimidad con la intensidad que nosotros necesitamos o esperamos, lo que nos genera una sensación de frustración, vacío y hasta enojo que no podemos evitar.
Cada uno de nosotros tiene su manera individual de expresar el amor: apasionados unos, tibios o indiferentes otros. No siempre las necesidades de nuestra libido coinciden, y aun sabiendo esto, es posible que la relación corra el riesgo de deteriorarse si el encuentro deseado no se produce, o no se produce con la frecuencia que deseamos. Podemos buscar ayuda de las maneras más obvias hasta las más descabelladas, pero cuando no obtenemos respuesta, entonces es tiempo de recurrir a la magia.
Si te desmayas sólo con verlo pero él prefiere pasar una tarde de domingo mirando el fútbol antes de disfrutar una siesta contigo, ésta es tu receta para pasar a la acción: la "Pócima de Eros". Eros era para los griegos el responsable de la atracción sexual, amor y deseo. ¿Te suena la palabra erotismo?
El ritual se dividirá en dos partes: la primera, será un baño purificador, y su finalidad será liberar cuerpo y alma de toda energía negativa. Preferentemente lo practicarás un día viernes en que la Luna se encuentre en cuarto creciente.
Ya preparada para la segunda parte del ritual, necesitarás 3 velas rojas y 3 palillos de "reina de la noche". Los enciendes, como siempre, con una cerilla de madera.
Y ahora, a la preparación:
- Calentarás en la cacerola, dos vasos de oporto rojo, o por ejemplo de un vino dulce, siempre en los colores de la seducción, a lo que le agregas medio vaso de licor de naranja. Revuelves con una cuchara de madera a fuego lento. Mientras lo haces, ten en mente la imagen de la persona que deseas y pídele a Eros su ayuda para que facilite ese encuentro amoroso y acreciente la pasión y el deseo sexual.
- Retira del fuego antes de que hierva y deja enfriar por varios minutos. Una vez a temperatura ambiente, sírvelo en copas bonitas, o en vasos de coctel y espolvorea en el último minuto una pizca de nuez moscada en cada copa. La nuez moscada es un potente afrodisíaco y cuando se usa fresca, potencia sus resultados.
Hasta aquí, la magia. A partir de este momento pon en práctica tu propia magia. La magia que va desde la mirada, que se detiene en la piel con demorados deleites, los sentidos, el juego, la alegría y la entrega.
Después que este brebaje caliente el espíritu: ¡directo a la acción!
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