Sobre las mentiras se ha edificado la cultura nacional

Lo mandaron de Canario y regresó Rey Zope. Se fue con ropa de gala y regresó en harapos.Nada... Norman Quijano representó dignamente lo más indigno de El Salvador, durante su reciente viaje a España, donde fue invitado como alcalde y se dio el lujo de decir que era ya el "presidente electo".
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normanquijanoyt

San Salvador.- Lo mandaron de Canario y regresó Rey Zope. Se fue con ropa de gala y regresó en harapos.

Nada... Norman Quijano representó dignamente lo más indigno de El Salvador, durante su reciente viaje a España, donde fue invitado como alcalde y se dio el lujo de decir que era ya el "presidente electo".

"¿Es realmente el seguro presidente de El Salvador? Porque este tío así se presenta...", me consultó un colega español.

No puede ser de otro modo. En nuestra polarizada sociedad o todo es blanco o todo es negro. No hay chances para términos medios.

Los políticos se dan el lujo de mentir y sobre las mentiras se ha edificado la cultura nacional.

Quijano dijo que con la tregua de las pandillas han bajado los asesinatos, pero se han triplicado o cuadruplicado las desapariciones, cuando los cuadros estadísticos no aseveran tal cosa.

Quijano dice que el país es un desastre, pero no contó de la corruptela que dejaron los gobiernos de su partido en 20 años de administración.

Así se hace política en El Salvador; así también se reproduce el sistema en los medios tradicionales.

Recién vivimos un ejemplo del improperio: en la Asamblea Legislativa los diputados de uno y otro bando se dijeron hasta lo que no está escrito durante semanas, quizás meses, por un proyecto de emisión de bonos... Al final, como si nada hubiera pasado, como si no hubiesen heridas en carne viva, se llegó a la paz y por unanimidad se logró aprobar el proyecto.

¡Qué ejemplo! Los líderes nuestros representan la miseria y la indignidad. Se lucen más cuando están en el extranjero o con extranjeros.

La onda sería otra: dignificar la política; dignificar el servicio público. Tenemos que cambiar el chip del oportunismo, la corruptela y aquel ideario que dice que "se debe llegar al poder político para componerse, de lo contrario se es tonto".

Quijano ha demostrado ser un político leal al viejo cuño.

Pero, ¿será eso lo que se necesita en El Salvador?

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