David Chocarro, quien desde que llegó a Estados Unidos ha realizado un éxito tras otro en el género de las telenovelas y el teatro, confiesa extrañar a su personaje de Martín de "El Rostro de la Venganza", tira que lo hizo debutar como protagonista y que le dio tanto satisfacciones en lo profesional como en lo personal y hasta tuvo broche de oro actuando con su hija mayor, Allegra, en el último capítulo. Por esto y más dice que está listo para hacer "El Rostro de la Venganza 2".
Pero por el momento esto tan solo es un sueño, puesto que, aunque el final fue muy abierto, nada se ha conversado aún. De lo que sí habló el actor argentino y de manera directa y sin filtro es de los cambios de protagonistas que tuvo la novela. Tantos, que debió "enamorarse" de tres: Maritza Rodríguez, Elizabeth Gutiérrez y Marlene Favela con las que asegura volvería a trabajar pero... Disfruta de la entrevista exclusiva para HuffPost Voces.
¿Qué te dejó “El Rostro de la Venganza”?
Una enorme experiencia. Haber protagonizado por primera vez superó las expectativas que tenía al respecto. Desde que comencé esta carrera siempre quise eso y estar a la cabeza de un proyecto. No estaba preparado hasta que llegó este proyecto. “El Rostro de la Venganza” vino a coronar todo el esfuerzo, la dedicación y profesionalismo que le pongo a esto que tanto amo que es mi vocación. Fue un bonito regalo de Telemundo haber confiado en mí para un personaje que demandaba mucho desde lo actoral. Me dio mucha satisfacción y los disfrute muchísimo. Me deja grandes recuerdo y muchas enseñanzas porque se que de aquí adelante voy a poder lidiar con muchas cosas del medio que hasta que uno no protagoniza no sabe que existe.
¿Lidiar con qué?
Lidiar con compañeros, productores que cuando uno esta en el elenco no tiene voz y voto o tiene menos. Hay mucho para aprender todavía.
¿Viene una segunda parte de “El Rostro de la Venganza”?
Fue una novela súper intensa de principio a fin. Al ser una historia original, estos finales abiertos dejan espacio a segunda parte. No hay nada conversando. Que si me gustaría, sí. Creo que la historia da para ver que sigue con Martín, mi personaje.
Tuviste tres protagonistas en las historia: Maritza Rodríguez, Elizabeth Gutiérrez y Marlene Favela, ¿bueno o malo?
No sé si fue record pero fue muy interesante. Trabajar con Maritza fue un gran descubrimiento. Ya había compartido elenco en “La Casa de la Lado” pero nuestras historias se cruzaron al final y poco. Me encontré con una compañera muy comprometida en esta historia, que tenía que ser diferente, única, atípicos. Mi personaje era alguien que besaba por primera vez, que se enamoraba por primera vez, que hizo el amor por primera vez. Fue muy intenso, tanto es así que ella estuvo 28 capítulos y en el 140, la gente pensaban que su personaje de Antonia podía todavía aparecer y eso deja demostrado el buen trabajo que hizo y que hicimos en conjunto con esta historia de amor.
¿Y con Elizabeth Gutiérrez?
Trabajar con Elizabeth fue absolutamente diferente, no malo, sino diferente. Es una persona que llega y va a lo que vino que es derecho al trabajo. No es una persona con la que pude lograr esta cercanía y este vínculo que logré con Maritza para poder dialogar mejor la historia de amor de los actores. Mantiene una distancia prudencial, respetable.
¿Y Marlene Favela, tu última protagonista?
Con Marlene fue novedoso podría decir. Diferente a Elizabeth y Maritza. Ella tiene muy claro lo que quiere, más allá de la historia, de su personaje, de todo, está ella y hay que acomodarse a eso. A veces es un poco difícil. Aún así logramos hacerlo, pudimos convivir dentro del set, logramos la química que los personajes necesitaban y eso es lo que me llevo de ella. Los actores no estamos obligados a tener feeling con nuestro partner, y no lo digo de mi hacia el resto sino del resto hacia a mí. Yo no puedo pretender caerle bien a todo el mundo. Con Marlene logramos conectarnos, al principio hubo muy buena comunicación, después teníamos muchas diferencias y aún así nos sobrepusimos y llevamos el trabajo de una manera muy profesional y creo que eso es rescatable.
¿Volverías a actuar con alguna de ellas?
Volvería a trabajar con las tres definitivamente, porque también eso es parte del aprendizaje que me llevo de esta historia, de esta experiencia. Hay que saber también retraerse, ir a lo que uno va y comprometerse profesionalmente. Por ahí tendría que quitarle un poquito lo emocional para no salir tan comprometido porque yo suelo, a veces, abrirme demasiado con todo el mundo y no todo el mundo lo hace conmigo, no están obligados a hacerlo tampoco.
¿Qué te llevas en lo profesional y en lo personal de este primer protagonismo?
En lo profesional me llevo una enorme experiencia, el tener que haber lidiado con un caudal enorme de escenas y aún así haberlo llevado adelante. Creo que de aquí en adelante las telenovelas tendrán un poco menos (risas), esta fue muy particular. Pero aprendí a tener una gran sobre carga de trabajo, a poder trazar una historia en donde un personaje tenía que ir mutando pero manteniendo su esencia y esa es la clave. Eso hay que agradecérselo no solo al escritor, sino también a los directores Diblasi y Segura, que no se les da el mérito que se merece. Desde el principio me senté con los dos y le dije que el personaje era complejo y que no sabía si la gente iba a entenderlo y los dos me ayudaron muchísimo y logramos lo que queríamos. Desde lo personal estoy muy satisfecho. No deja de ser un personaje importante en mi carrera, enseguida el techo sube y cuando pasan estas cosas uno dice “¿Y ahora qué sigue?” y eso en definitiva es lo que me llevo, el qué vendrá.
En el último capítulo nos sorprendió ver a su hija mayor, Allegra, actuando ¿te gustó la experiencia?
Haber trabajado con mi hija en el último capítulo fue espectacular. Lo que pasa es que me parece que yo la pasé mejor que ella (risas). Iba a ser un día solo de grabación pero después hubo un problema con el tape y hubo que grabar de nuevo y cambiaron la historia. Grabar en Miami con calor simulando el invierno de New York no fue fácil y menos para ella. Le molestaba el tapadito, tenía calor, no quería, y no sé si para ella fue tan agradable actuar, no entendía. Allegra se dedicó a jugar y es lo que nosotros nos planteamos con Caro, mi esposa. Los días previos le decíamos “Juguemos a que eres la hija de Martín, a que te llamas Antonia” porque en un momento así se iba a llamar, después le cambiaron el nombre y se terminó llamando Stéfani, que nunca lo dijimos igual. El juego pasaba por ahí y nuestra motivación era incitarla a jugar. Para mí fue una gran experiencia y más allá de eso es un hermoso recuerdo, después si quiere ser actriz será un lindo recuerdo y si quiere ser abogada será el recuerdo de los papás o servirá para el video de la fiesta de 15 años (risas).
MIRA A DAVID CHOCARRO EN FOTOS:
David Chocarro
REVIVE "EL ROSTRO DE LA VENGANZA" EN FOTOS:
